latecleadera

viernes, 31 de julio de 2015

Las cincuenta cosas mas grandes que nos rodean



El recuerdo más lejano que tengo de Plutón es un jueguito de mesa que se reclamaba con no sé cuántas envolturas de pasabocas yupis, igual que hoy,  en esos días estaba de moda star wars  y el jueguito en cuestión era un sistema solar en espiral, cuyo punto de partida era el Sol, pasaba por Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, cinturón de asteroides (que devolvía al inicio) Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y la meta quedaba un cuadrito después de Plutón.  (Sobra decir que había naves de la república por varias casillas y el halcón milenario que daba un empujón al jugador).  Luego estaban las tareas de la escuela con un sistema solar en una tabla, burdamente pintados los planetas, sus orbitas elípticas delineadas con aserrín y pegante y nombres de caligrafía defectuosa. Por último la maqueta del colegio, cada planeta era una bola de plastilina  clavada en un alambre y pegada a una nueva tabla (extraña relación entre la carpintería y la astronomía).

Los planetas los empecé a distinguir en horas de la madrugada cuando por algún motivo tenía que levantarme antes de la salida del sol y en lo alto y aun con la vista adormecida veía un Venus fulgurante acompañado de estrellas que juraría nunca había visto en el anochecer.  Júpiter y Saturno llegaron luego de pesquisas en mapas estelares,  cuando notaba su cambio de posición en la bóveda celeste tras noches y noches de observaciones furtivas a ojo pelado en el patio de mi casa, esperando cazar una supernova, una cefeida, o como mucho si contaba con suerte un ovni. Finalmente tuve la posibilidad de comprar un modesto (muy modesto) telescopio y desviar la mirada de los atlas estelares al oscuro profundo galáctico.  Tras semanas de búsqueda y cansado de ver la luna, enfoque al gigante Júpiter y sus cuatro lunas galileanas -dichoso como nunca- y días después, pasada la media noche,  Saturno entró al campo visual telescópico.  Esperaba verlos más cerca, inmensos, mas definidos, pero 60 mm de diámetro no soportaban mucho. Marte fue mi gran decepción, durante noches soñé viendo sus polos congelados, sus tormentas de arena planetaria, el rojizo de su superficie contrastado con el fondo de estrellas, pero la noche que lo pude captar, solo vi un manchocito naranja mal definido y ya.  Mercurio solo como una estrella discreta en el horizonte al llegar el anochecer, Urano y Neptuno, aun en libros, tampoco me hago ilusiones, pero Plutón, ese planeta rezagado estaba por completo alejado de mis posibilidades, excluyendo las recreaciones que muchos artistas hacían de él, solo era un puntico como cualquiera de los miles que un telescopio había capturado  un día que estaba aquí y otro allá.  Tal cual aparecía en los tratados de astronomía, y ni que decir de la foto tomada por el Hubble,  dos esferas luminosas en un fondo azul pixelado.

Pasaron los años y por cosas de científicos locos fue degradado de planeta a planetoide o planeta enano, el sistema no contaba con nueve planetas sino con ocho, y noticias sensacionalistas proclamaban cada tanto que se había descubierto el décimo (en realidad noveno) planeta…curiosamente más allá de Plutón.   Algunos amigos algo místicos y desquiciados adicionaban a la maqueta del sistema solar el planeta Nibiru, un poco mayor que la tierra, que pasaba no sé cada cuántos años rozando la tierra, arrasando a los pecadores y de paso trayendo de nuevo a los annunaki, nuestros verdaderos creadores…pero este ya es otro cuento.

Muchos aún conservan en su estructura mental el diseño del sistema solar tal cual no lo enseñaron en la escuela.  Un sol pequeño pero brillante en el centro, y nueve bolitas a su alrededor con ligeras variaciones de tamaño, y después del último y minúsculo planeta rocoso un vacío infinito…

Hoy después de la llegada de la sonda new horizons  a Plutón y luego de ver las imágenes en alta definición de un cuerpo estelar semejante a la luna, no está de más echar un vistazo a la organización del sistema solar, para hacernos una ligera idea de que lo que es grande es muy grande, de que la luna no es la luna más grande, que la luna es más grande que algunos planetas y que hay lunas más grandes que la luna… en fin aquí van los 50 cuerpos estelares más grandes que nos rodean.